domingo, enero 22, 2006

Signos

De cansancio, de imapciencia, de inquietud, de dudas. Signos que se reucen a puntos suspensivos e interrogaciones. Lo que sería un texto así:

...? ...? ...? ...? ...? ...? ...

Signos que me gritan la necesidad de un timepo de reflexión, de respuestas, de acalar algunos pasos y tomar ciertas decisiones.

esta estación creo que nunca llegarà a cerrarse. Siempra hay trenes que vienen y van cargados de meraccias demasiado valiosas como para dejarlas perder.

Cúando los puntos suspensivos y las interrogaciones vuelvar a convertirse en palabras, volveré.

Mientras tanto seguiré, descansando y disfrutando de vustras casas, acomapñandos con palabras o en silencio. Un abrazo.

jueves, enero 12, 2006

¿ Y si sí, y si no?

Una sonrisa me pierde. Lo sé. Me pierde y me hace perder cualquier atisbo de sensatez, de madurez, de razón.
Me hundo en una mirada. Lo sé. Me hundo y me ahogo empujado por corrientes caprichosas, sin rumbo, sin destino, sin puerto
.

Discernir entre lo que es y lo que queremos que sea suele ser un arduo y complicado menester. Tendemos a pensar como cierto lo que quisiéramos que fuese, incluso cuando existen signos evidentes de todo lo contrario los obviamos o los rehusamos, sin miramiento, y los transformamos por aquellos otros signos anhelados y deseados.
Una sonrisa puede significar muchísimas cosas. Una muestra de amabilidad, una reacción inmediata al estado de ánimo de la persona, un tic y por supuesto también, puede ser una insinuación.
Pero cuando alguien nos atrae obviamos (in)concientemente? todas las demás posibilidades. La única válida es aquella que querríamos que lo fuese.

Enamorarse es una trampa que la mayoría de veces construye uno mismo. Querer es una necesidad sana y saludable si la practicamos desde el principio que querer en si ya nos hace felices. Pero lo que suele pasar es que la necesidad de amar suele esconder la verdadera necesidad, la de ser querido.
Cualquiera puede amar a cualquier persona, animal o cosa, pero nuestro propio querer no debe y no puede hacer que los otros nos quieran. Se trata de una cosa tan obvia que todo el mundo sabe y nos damos cuenta de ello. Pero ay! ¿La aceptamos?

Cuando escucho canciones o leo o veo historias de grandes amores siempre hay una entrega total del/ de la amante hacía el/la amado/a. Parece ser que entregarse totalmente al otro es la muestra más sublime de amor. “Sin ti no soy nada” dice una canción.

Encontrar la claridad y el punto exacto en que una persona lo es todo y se reconoce a sí misma junto a la persona querida seria el momento en que me atrevería a decir con contundencia que “amamos”. Tan solo se trata de cambiar el chip y pasar del “sin ti no soy nada” al “contigo lo soy todo”. Pero claro nadie ha dicho que sea fácil.

Me estremece sentirme completo entre unos brazos que los sé no míos. Tal vez por eso éste es el amor que aparece y no dura. Puede ser por eso que los poetas no se cansan de escribir a la añoranza, porque sólo el recuerdo de uno mismo marca la distancia exacta que me puede estremecer al pensar en tus brazos sin que mi propio deseo confunda estremecer con estreñir.

viernes, enero 06, 2006

Un año de nuestra vida

Como cada mañana después del alamuerzo iba a la vieja estación de tren. Le gustaba sentarse en un banco y ver la algarabia de gentes que subían y bajaban de los trenes. Observar aquel bullicio de personas y maletas, los paneles de llegadas y salidas a diferentes ciudades y lugares donde nunca había estado. Las caras y los vestidos de la gente, sus gestos al despedirse o los abrazos emotivos de esperados reencuentros. Todo un universo condensado en un espacio tan pequeño pero abierto al infinito.

Para quien “ya no creía en los Dioses, porqué la razón y el tiempo los hacía improbables, ni en la Humanidad que tan solo se reducía a una série de cambios biológicos inestables” el único anhelo que conformaba sus días era mirar e intentar comprender desde el reposo que le ofrecía aquel banco qué hace mover a las personas. El movimiento inmediato y natural.

Fijó su mirada en una mujer de ojos brillantes e inquietos que escodriñaban constantemente el panel de información y las vías vacías. ¿Esperaría algún tren? ¿A quien o qué esperaba? ¿O tal vez no esperaba nada?
Mientras pensaba en ello se dejo llevar por la ensoñación de su pasado y de nuevo vió aquel jovén atrevido con una maleta casi vacia tomar el primer tren de su hazarosa vida. Durante unos segundos se dejo llevar por la magnificencia de su juventud y una sonrisa tembló en sus labios.
El pitido de un tren lo despertó y rapidamente volvió a mirar el andén. La mujer ya no estaba.¿Había subido a algún tren? ¿O tal vez había llegado quien esperba?


Se levantó del banco y salió de la estación hacía su casa, ya era casi la hora de comer. Hoy prepararía una buena y suculenta comida.

Siempre esperamos o siempre vamos, a pesar que, a veces, nos sintamos inmóviles.


Éste fue el primer post que escribí hacé ahora 1 año. Cuando abrí la estación. Antes había abierto otro blog “Grossissant.Paraules encadenades”, que apenas duró tres meses.
Nunca hubiera pensado que gracias a al Estación, estos 365 días fuesen tan especiales y fructíferos: Me he reido, he llorado, me he deleitado, me he sorprendido, he gozado, me he entenezido, he decubierto, he jugado, he aprendido, he conocido, me he estremcido y he viajado por mil mundos, todos únicos y especiales, los vuestros. No sé si algún día se iran las palabras cóm se fueron también antes, o que simplemente no tenga nada más que decir en ese momento, pero sí sé que todos y todas los que habeis estado, venido e ido en esta estación formais parte de mi vida. Y a ella agradezco el poder haberos conocido. Va por vosotros : 1 año de nuestra vida.

domingo, enero 01, 2006

"La primera luz del año tiene una fuerza muy especial. Verla llegar, caminando entre la soledad y el silencio de aquella primera hora, pude parecer poco más que un símbolo, pero es magnífico."

Y así es Martí , sobretodo si esa soledad está tan llena.:)