viernes, marzo 24, 2006

Por la esperanza

Soy nacionalista. Quiero a mi país. No porque haya nacido en él sino porqué he crecido y me he criado en él llegando a sentir sus paisages de naranjos, arrozales y huertas , de pequeñas montañas y riberas verdes cómo parte de mí. Esta es la geografía que conozco, que he ido haciendo mía como hubiera podido hacer mío el blanco inmenso de los glaciares o el dorado amarillo de las estepas.
Soy nacionalista. Estimo mi lengua. No porqué sea mía, sinó porqué he llorado, amado y aprendido rodeado de eses sonoras y he dibujado abrazos (abraçades) con un “ce trencada”. Esta es mi lengua y mis signos como hubiesen podido ser míos los sonidos aspirados de otras lenguas y los dibujos de otros alfabetos.
No puedo hacer nada por evitarlo, ni quiero, al contrario, lo considero bueno y positivo. No sentirme cercano a quien y lo qué me rodea significaría seguramenet que me convertí en un ser individualista y encerrado en mi mismo. Eso no lo quiero. Me gusta reir, hablar, comer, pasear y querer junto a alguien o algo.
Mi país no son unas líneas dibujadas en un papel, mi país es la proximidad en las coincidencias sociales con quien y lo que me rodea, mi país se parece más al pueblo y un pueblo es su gente, es cada uno de los seres que viven y trabajan en una parte del planeta en que estoy, cada uno , uno por uno, piensen igual o diferente a mí; y al lado hay otros pueblos más o menos parecidos en costumbres o lengua, con más personas que tambien piensan igual o diferente a mí.
Pero a veces no queremos ver más allá de lo que queremos ver. No queremos mirar hacía atrás o hacía adelante, también necesario a veces, porqué si miramos hacía atrás resulta tan fácil comprender que los paises, naciones o pueblos (démosle el nombre que querramos o sintamos) han cambiado constantemente de forma, extendiendose o creandose, reformandose o inventandose a lo largo de la historia; mediante guerras y conquistas, con tratados y matrimonios o con pactos y acuerdos. A veces las personas usamos con demasiada vehemencia las palabras y convertimos en axiomas o verdades universales aquello que sólo es nada en el tiempo. A veces las personas decimos “toda la vida” cuando en realidad deberíamos decir “todo lo que llevo vivido”. ¿Y que es nuestra propia vida sino nada en el conjunto de la Vida?
En la Vida casi todo tiene un precio, casi todo. Pero el precio lo ponemos nosotros.
Un país puede tener un altísimo precio para algunos, incluso el precio más alto. Quizás haya cierta parte de razón en ello pués amar nos lleva a valorar lo que queremos. Pero olvidamos algo tan importante cómo que un país no existe sin las personas que lo sienten y lo hacen y convinen. Es el valor que le damos a cada vida que conforma un pais lo que lo hace rico y valioso y no los quilómetros o la anchura que pueda tener.
Soy nacionalista porqué amo mi país, mi lengua, pero sobretodo porqué para mí la vida de las personas sí tiene un precio, el más alto, el de cualquier persona, de cualquier pais, nación o pueblo y si para salvar una sóla de esas vida he de pagar un precio político que cambie, haga, deshaga o establezca nuevas línias en un mapa o nuevas relaciones de convivencia lo pagaria sin ninguna duda.
Tan malvado es matar por un país cómo dejar que maten por él.
Espero y deseo que ante la esperanza que se abre no se pare ante el posible provecho político que se pueda sacar de ello en dilucidar quien ,cómo o porqué se ha abierto este camino de esperanza y aquellos que tienen la posibildad de llevar adelante éste proceso hacía la paz y la convivencia sepan valorar cúal és el verdadero precio de la Vida.

miércoles, marzo 08, 2006

A veces se nos olvida dar las gracias.


Porqué es tan fácil que me des la mano, la quiero. Porqué es tan fácil que me des un beso, lo quiero. Porqué te es tan fácil regalara una lágrima, la quiero. Porqué te es tan fácil defenderme, lo quiero. Porqué sé que a ti, a veces, aún no te és tan fácil, te quiero. Te quiero así, diferente, te quiero así, semejante, te quiero asi, intentando comprenderte, tal como yo me querré cuando también me encuentre.
Gracias