A las once de la mañana tocaba recreo. Salíamos al patio con el almuerzo que nos había preparado nuestra madre. Bocadillos de sabores que ahora pueden resultar raros pero que en aquellos años y en mi pueblo eran de lo más corrientes. Uno de mis preferidos era el de sobrasada con patatas fritas o el de sobrasada con chocolote; también me gustaba mucho el de atún con olivas y mayonesa. Recuerdo que antes de entrar a clase, hasta que no tube unos 8 años , después ya lo hize solo, siempre subía con mi madre al horno a comprar un pan para el almuerzo y después a la tienda de “ca Pepito”. El tendero que como habreis adivinado se llamaba “Pepito” a pesar que debía tener más de 50 años, los valencianos aún seguimos haciendo diminutivos de todo en general , tenía toda clase de embutidos , quesos y fiambres y unos botes enormes de atún, olivas y mayonesa. Allí se reunían todos los niños y sus madres para preparles el almuerzo del día.
Llegué a vivir los últimos años en que los lunes de buena mañana nos ponían en fila y nos hacían cantar el cara al sol y legionario a vencer. Se trataba sólo de una rutina más, puesto que ni comprendíamos porqué teníamos que cantar cara al sol que resultaba de lo más molesto, ni qué era un legionario .
Después venían las clase con “don” Fernando y “doña” Matilde, Encarna etc. y a las 11 de la mañana el recreo dónde jugávamos al pic i maneta , a xurro va o al escondite. El fútbol aún no había llegado a ser el juego por excelencia de los patios escolares.
Tambíen recuerdo mis primeras palabras en castellano. No se muy bién cuantos años debía tener, pero se que entonces aún no teníamos televisión en casa. Tampoco recuerdo como fué exactamente, ni tampoco si fue un proceso, lo recuerdo más bien cómo algo instantaneo. Supongo que ya debía haberlo aprendido pero hasta entonces no lo había hablado nunca . Fué pués algo inmediato, podríamos decir casi mecánico. Salí de clase y me planté delante de mi abuela y le dije: “buenos días iaia hoy Doña Matilde me ha sacado a la pizarra y hemos hecho un dictado, mira...”. Yo estaba tan orgulloso y contento de poder mostrar como era de listo al poder hablar otra lengua que me pasé el siguiente cuarto de hora hablando en castellano a mi madre , a mi padre y hasta a mi hermano que aún estaba en la cuna. Todos me sonreían i me decían: “molt bé, molt bé”, pero como veía que nadie me seguia la conversación en castellano (he de decir que mi abuela no sabía hablar nada en castellano y mis padres a duras penas) acabé por desistir y he de decir que con un cierto sentimiento de frustación y desilusión . Me pasó lo mismo cuando algun año más tarde aprendí francés.
Y así iban transcurriendo los días. Pero había día i días, los especiales. Sobretodo aquellos en que veíamos llegar el camión que traia las cajas de hierro llenas de botellas de leche Cervera , no os podeis imaginar lo buena que estab aquella leche. Aún puedo sentir perfectamente su sabor espeso y su color blanco , un blanco compacto que dejaba los labios y la barbilla pintados, como también lo hacían los Cholecs de vainilla. Después también estaba el muñeco de Michelín. Un muñeco enorme que ponían en medio del patio y que nosostros veíamos desde las ventanas de la clase esperando el recreo y los juegos para conseguir uno del montón de pemios que había. Aquellos días eran toda una fiesta.
Como decía Vicente André Estelles en aquellos versos: “animal de records, lent i tris animal de records” (animal de recuerdos, lento y triste animal de recuerdos) . Creo que sí somos animales de recuerdos, lentos y a veces tristes , pero los recuerdos, incluso aquellos que los embaraga la tristeza, forman parte de un sentimiento mucho más grande y poderoso, la felicidad. Creo que la felicidad se siente en el momento en que se produce pero la disfrutas plenamente cuando la recuerdas.
Hace algunos días leí un artículo sobre la lentitud y la rapidez en nuestra vida diaria. Lü Yen decía: Si piensas en el pasado, tu yo antiguo no morirá. Si piensas en el futuro, el camino parece largo y difícil de recorer. Quizás por eso me gusta ser un lento animal de recuerdos
