jueves, marzo 17, 2005

Trasparencias

De vez en cuando hago una escapada en un lugar especial del pueblo.
Allí puedo acostarme e sobre la hierba húmeda y mirar el cielo. Normalmente corre una brisa plácida ,sobretodo a la entrada de la primavera y puedes escuchar las hormigas y los caracoles que hacen su vida sin darle ningún importancia a aquel gigante inmóvil. Inesperadamente algún insecto sube o aterriza sobre mi pecho o mis brazos. No son peligrosos aunque una vez subió un escorpión . El peligro se encuentra en qualquier lugar , incluso donde crees que reina la placidez.

¿Qué quieres ser de mayor?

"Este chico será un abogado , o un maestro, o un literato, o un banquero, seguro, se le nota que es mucho sabido. Ganará mucho dinero y tendrá casas, riquezas, conocerá gente importante y la gente del pueblo lo respetará y lo admirará. Qué suerte tenéis al tener un hijo como éste!"

Aquel chico no decía nada. Se quedaba mirando a los mayores y no decía nada. Aquel chico solo quería un trozito de tierra, con una casa . Trabajar aquél campo, plantar melones y tomates, y pimientos y nabos y patatas y también un jardín con flores i árboles, almendros manzanos, limoneras.Levantarse de mañana, sólo con las horas que marcan el sol y la luna, y al anochecer volver a caso para descansar hasta que le viniese el sueño y lo reconfortara para el día siguiente. No quería, coches, ni vestidos caros, ni tener que decir o no decir poruqè sí.Trabajar aquello que cuidas sin imposiciones ni hipotecas absurdas le parecía la mejor forma de vivir. Quizás tuviera o no familia y amigos y con ellos y ellas, ya hablaria de lo que se debe hablar, de las lluvias fuertes del otoño, del frío del invierno y las heladas, y de las flores tan bonitas que han salido esta primavera.
La vida , pero , siempre se encarga de obstaculizar de serpentear los caminos de manera tal que acabas en lugares que quizás no deseabas y el tiempo acaba por cargarte de compromisos que no eres capaz de eludir. Al fin acabas aceptando aquello que te ha tocado vivir e incluso viviendo plenamente lo que nunca habías deseado. Lo aceptas y te encargas de darle el valor que hace falta y que tienen estas nuevas cosas, incluso sorprendiendote de cómo pueden también llegar a llenarte.

Pero de vez en cuando me gusta tumbarme sobre la hierba, cerrar los ojos y sentirme feliz



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