viernes, junio 10, 2005

Me levanto temprano como si florara atraves del suelo. Preparo lel café mientras escucho el ruido del agua llenar la cafetera. Abro el tarro de cristal dónde guardo el café y el aroma enrojeze mis mejillas dormidas. Con calma pongo la medida adecuada y con la cucharilla aprieto y aliso el café hasta que queda finamente puesto . Enciendo el fuego y saco la taza de porcelana blanca, una taza grande; saco el azúcar de caña y me siento a escuchar como hierve. Pronto saldrà el aroma amigo del café hecho que poco a poco impregnara toda la cocina.

Es un hecho cuotidiano, sin importancia, nada especial. Pero mi cuerpo se ha acostumbrado a él. También mi corazón.Y si algún día no pudiera ya tomar café sentiría como un vacío en el alma. El café y yo nunca hemos establecido pactos, nuestra convivencia siempre ha sido libre y los dos sabemos que en cualquier momento alguien puede dejar al otro.

Los vínculos más fuertes y profundos no son aquéllos que se hablan o que se pactan sobre una mesa o en una conversación, sino todo el contrario. Las dependencias más fuertes son aquéllas que van arraigándose con silencio, con caricias que se hacen más largas y sentidas día a día, con miradas más profundas y con gestos que te estremecen con sólo de pensarlos
Posted by Hello

Te haces mayor, te haces en algunos casos más fuerte, te haces más comprensible, te haces más razonable, pero de nada te sirven estas herramientas para construir muros que puedan protegerte. Las hiedras del amor, de la estima, del deseo, se enredan y criban cualquier obstáculo. Y a pesar de darte cuenta no haces nada para cortarlas.

Las hiedras han empezado a traspasar estos muros, lo sabíamos, y ahora también sabemos que las tendremos que arrancar de raiz. Y sé que esperaremos hasta el último momento cuándo más cueste tapar el vacío y curar las heridas.