jueves, abril 14, 2005

Fantasear reanima

Chagall Marc.jpg Posted by Hello

El otro día fui a casa Guassu, Las aventuras de un fantasma en busca de hogar, http://blogs.ya.com/guasubuscahogar/ . Las fiestas que hace son extraordinarias y los invitados lo son todavía más. Pues bien, la otra noche estaba Marc Chagall haciendo de las suyas por allí, y mientras miraba alucinado sus pinturas me vino a la cabeza un post del amigo Frederic ,Un salt al Món, http://www.lamevaweb.info/post/671/19512 en que hablaba sobre la fantasía y la imaginación y los comentarios que surgieron a partir del libro la história interminable.

Recuerdo como eran antes las ferias. Yo era todavía muy muy pequeño, y los cambios en aquellos años eran velozísimos. Fue una época en qué la sociedad, aquélla en que vivíamos cambiaba de un día para otro de forma brutal. La ciencia y la tecnología ha hecho que todo cambie a una velocidad vertiginosa.El progreso en la ciencia siempre ha sido así, como todo cambio, aporta cosas buenas, sobre todo en aquello que recae en los avances necesarios y buenos en la medicina, las comunicaciones u otros campos de la vida real. Y quiero remarcar eso de “real”, porque aquí es donde me quedé pensativo.

Mi abuela no se creyó nunca que el hombre hubiera viajado a la luna. Para ella la luna, fue siempre algo mágico y misterioso hasta que se murió. Aquello que nos es desconocido siempre comporta un ejercicio de imaginación, de fantasía. Para nuestra generación la luna nunca será lo mismo que para ella, pero todavía nos quedaba Marte. Para nuestras generaciones Marte es ya sólo un planeta pedregoso con ciertos componentes químicos y previsiones científicas. Los marcianos pués se han trasladado en todo caso a galaxias mucho más lejanas, y no sé que tardarán en perderese en la niebla a medida que avanzan las exploraciones intergalactiicas

Cuando era pequeño las ferias , además de haber un carrusel, los caballitos (de madera y no los ponis vivos que suele haber ahora, que lo único que hacen es hacerme sufrir cuando los veo) y las sillas volantes, había unos barracones donde podías ver al “hombre serpiente”, “la mujer barbuda” o “el hombre de cinco brazos”. Todo ,por supuesto ,eren montajes porque el hombre serpiente era una caja de cristal en medio de la cual un hombre sacaba la cabeza con un turbante indio I se le añadía una cola de serpiente enlazada entre pliegues de tela. También recuerdo una barracón lleno de espejos en diferentes posiciones que cuando entrabas veías a las otras personas distorsionadas y reflejadas con el rostro más largo, las piernas cortas o largas y todo era tan mágico e irreal como nuestra propia imaginación.

Cuando el progreso y la ciencia han avanzado tanto que ya no deja lugar a poder imaginar mundos intergalacticos, seres que viven en el fondo de la tierra o en el fondo de los océanos, cuando los viajes intelestelares son casi una realidad, poca cosa queda para la imaginación.Por eso tendemos a fantasear e imaginar en los tiempos pasados, en civilizaciones desaparecidas porque el futuro como fuente de fantasía está ya hipotecado.

Me preocupa cuanto menos que cada vez más la imaginación y la fantasía desaparezcan de la mente del hombre y el monstruo de la “nada” de la historia interminable, acabe por engullirnos a todos.

A pesar de todo queda un reducto creo que infranqueable, nuestra mente, y confio que ésta siga lo bastante fuerte para mantener la fantasía y la imaginación, la curiosidad y la invención porque creo que todos estos conceptos son necesarios y básicos para vivir.